dimecres, 14 de maig del 2008

Deseo ...


SOBRE LA DEMONIZACIÓN DEL DESEO DE CURAR EN EL PSICOANÁLISIS. Por: Mario Polanuer



Sin duda, el deseo de curar no es la mejor brújula para orientarse en la conducción de un tratamiento analítico. Curar, cuidar, sanar y demás términos posibles de esta serie llevan implícito un acto de amor al que siempre acompaña su reverso pasional, el odio.
Lo que no quita que, cuando alguien decide hacerse psicólogo clínico, médico psiquiatra o psicoanalista, el deseo de curar ocupa, seguramente, un lugar preponderante entre las razones concientes que lo llevan a tomar dicha decisión. Deseo de curar enfermedades, síntomas, complejos, fobias, inseguridades, y todos los múltiples males del alma que hacen que su semejante –y él mismo- sufra, que le impiden gozar de una vida sana, plena y feliz (¡ah inocencia!).
Como sucede con todos los deseos concientes, las raíces de éste son oscuras y desconocidas para quien lo profesa. No menos que las de los demás deseos concientes ni necesariamente peores.
Que dicho deseo de curar no sirva como brújula, no hace que sea lícito renegar de él. Una cosa es no utilizarlo como guía – es sabido que el camino del infierno está empedrado de buenas intenciones - y otra muy distinta la renegación que, como sabemos, es el mecanismo básico con el que el perverso afronta la castración: “ya lo sé, pero sin embargo…”
Es más: si el deseo de curar no hubiera de ser puesto en juego nunca, qué autoriza a alguien a aceptar un paciente que viene (al menos eso cree) para ser curado, y que en el mejor de los casos acabará su tratamiento curándose de lo que se quería curar aunque, al final, esto habrá perdido relevancia y lo verdaderamente importante sea lo que haya encontrado en el camino. Desautorizar de forma absoluta el deseo de curar, demonizarlo, en sí mismo y aceptar en tratamiento a alguien que pide curarse… ¿no es un timo, una estafa, no se inscribe en el registro de la perversión?
¿Qué autoriza a indicar un medicamento, un ingreso psiquiátrico e incluso un Tratamiento Electro Convulsivo, aunque sólo sea excepcionalmente, cuando se trabaja como psiquiatra en el ámbito de la Salud Pública, si no es la puesta en acto del deseo de curar?¿Qué otra cosa que la promesa – más o menos explícita - de que va a ser curado empuja al común de los mortales a empezar un análisis?...

(para seguir leyendo pulsar en el vínculo: curar.doc )

1 comentari:

Anònim ha dit...

Interesante desarrollo en el que planteas el lugar que puede ocupar el deseo de curar en el psicoanalista.
Queda claro que el "inocente" deseo del bien del paciente desbocado puede conducir a lugares terribles. Lars Von Triers realizó una trilogía que inicia con Dogville, en los que se aprecian algunos retorteros del deseo de ayudar.
Natalia